El pasado 26 de enero Alella celebró su
segundo Tres Tombs después de que desde mediados de los años 60 dejara de
hacerlo. El empeño de la colla de Trabucaires del Vi d’Alella, y en especial de
Quico Lluch, ha consolidado la fiesta. Es encomiable la labor de toda la colla
de nuestros trabucaires en seguir buscando en nuestras raíces locales para
recuperar cualquier manifestación cultural de nuestro pueblo. Si en la primera
edición del año pasado participaron 50 caballos en ésta lo han hecho 64. Muchos
de nuestros pueblos vecinos pese a su larga tradición en las típicas “tres
pasadas” no consiguen la concurrencia de tanto jamelgo. La afición caballística
de mi hija Beatriz me ha llevado a conocer algunos Tres Tombs de la comarca.
Por ello puedo asegurar que el nuestro, pese a la bisoñez del evento
recuperado, está entre los grandes. Por la participación de jinetes y carros,
por la organización, por la concurrencia de nuestros vecinos. Beatriz el año
pasado tuvo el orgullo de ser una de las dos cordoneras de la bandera luciendo
traje de fémina trabucaire y escoltando a Ona que era la abanderada. En la
presente edición Beatriz ha sido la abanderada y Ona ha asumido el rol de
cordonera, acompañadas por Mia en el otro cordón de la bandera. El traje de
trabucaire ha dado paso éste año a traje de doma. Las tres estupendas y
elegantes. Rania, la yegua de Beatriz, árabe pequeña pero con clase. Simpática
con todos y mimosa con los más pequeños que se acercaban a regalarle una
caricia o hacerse una foto. La jornada, que empezó con un buen desayuno de
butifarra con monchetes, hubiera acabado perfecta tras las pasadas y la
bendición de Mosén Fábregas a todos los animales que solicitaron la protección
de su patrón San Antonio de no haber acabado con parte de la cresta de Can
Comulada devastada en su vegetación por un incendio de autoría extraña.
Efectivamente. Sobre las 13.30 horas las llamas iniciadas en la Conrería a la
altura de Tiana alcanzaban nuestro pueblo asomando por Can Comulada. La ráida
intervención de varias dotaciones de tierra de bomberos, cuatro medios aéreos
(dos helicópteros y dos hidros), de nuestra Policía Local, de nuestra sección
de ADF y de varias dotaciones de Mossos d’Esquadra impidieron que las
consecuencias de ese fuego no llegaran a más. La alerta provocó la breve
evacuación de algunos vecinos. Y mis compañeros regidores Ana, Isabel, Fede,
Marc, Cristina, Rosa y Gloria, capitaneados por el alcalde, estuvieron en todo
momento a pie de llamas unos y haciendo bocadillos para los bomberos o agentes
otros. En momento así da gusto ser su compañero. Por fortuna, este incendio en
poco se pareció al que en agosto de 1994, apenas un mes antes de mi boda en
Sant Feliu. Amenazó a Alella. Esa noche sí que se fundieron las suelas de mis
deportivas entre las llamas.
(Artículo El Full, febrero 2014)
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