Este pasado mes de septiembre hemos sido
testigos de distintos acontecimientos, todos relevantes. El primero en Escocia,
que no por ser lejano nos resulta extraño dada la manipulación que sobre su
referéndum se ha realizado por algunos. Efectivamente, en Escocia se votó un
referéndum en el que los escoceses se manifestaron acerca de su estado político
en relación al Reino Unido. Después de dos años en los que la administración
autonómica escocesa y una aparente amplia mayoría de escoceses han hecho
campaña a favor de su independencia del Reino Unido, la mayoría silenciosa, esa
que no sale a la calle ni está permanentemente instalada en las redes sociales
virtuales, ha dicho alto y claro que quieren seguir formando parte del Reino
Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Los secesionistas, tras su
inesperada derrota, no se conforman con el resultado y ya han empezado a
moverse en dirección a la desobediencia, a la falta de respeto de la voluntad
de la mayoría de escoceses y al margen de la legalidad, proponiendo una
declaración unilateral de independencia de su parlamento autónomo. Por supuesto
que las circunstancias entre Escocia y Cataluña son distintas: allí no tienen
Constitución y la unión, entre distintos reinos, nace en el siglo XVIII por lo
que la historia en común es reciente. Los siguientes acontecimientos se
producen en Alella. Al dictado de dos asociaciones privadas, el gobierno
municipal de Alella, ERC, CiU y PSC, convoca un pleno extraordinario para dar
apoyo a la consulta secesionista del día 9 de noviembre. La sala de plenos
estaba abarrotada, gente en el exterior que no pudo acceder, medios de
comunicación presentes… Por supuesto, el único grupo municipal que voto en
contra de ese apoyo fue el Partido Popular. El resto, incluido PSC y el
“independiente” Gd’A, votaron a favor de la moción y apoyaran la consulta
ilegal. La mayoría silenciosa, que respeta la convivencia y el marco legal
constitucional, tuvo una única voz en ese pleno…la del PP. A los tres días de ese pleno extraordinario y
sectario se celebró el pleno ordinario del mes de septiembre. Pleno en el que
se discuten asuntos que afectan a todos los vecinos de Alella. La asistencia de
público fue de 0 personas (sólo asistieron tres personas vinculadas a tres
grupos municipales y tres representantes de los funcionarios municipales). La
falta de asistencia no implica necesariamente que los vecinos de Alella estén
faltos de interés por los problemas del pueblo. Las mayorías silenciosas son
las que finalmente, en un sistema democrático, se manifiestan en las urnas
mediante el voto. No en la calle, en las redes sociales o en la opinión de los
medios de comunicación que se ponen al servicio de un pensamiento único. En
democracia las mayorías silenciosas deciden dentro del marco legal.
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