lunes, 15 de septiembre de 2008

CRÍMENES SIN MEMORIA HISTÓRICA: ROJOS CONTRA ROJOS




El señor Garzón, ex-cargo socialista por designación directa de Felipe González, y, a ratos, juez, ha decidido protagonizar él mismo una de las cortinas de humo que tanto convienen al gobierno socialista de ZP. Se ha propuesto esclarecer él solito todos los crímenes que la guerra civil dejó sin demasiada luz. Pero claro, en su intención sólo se pretendía investigar los crímenes del franquismo, por aquello que han venido en llamar memoria histórica, aunque sólo sea una forma de continuar una guerra perdida con el consuelo de seguir generando confrontación y crispación entre españoles. Pero resulta que al señor Garzón, ex-cargo socialista y, a ratos, juez, le están creciendo los enanos. En primer lugar, no tiene claro el tema de su propia competencia funcional. Tampoco debiera estar clara la posible prescripción de esos "delitos". O si el mismo fundamento "jurídico" que utilizó él mismo para exculpar a Santiago Carrillo de las sacas de la carcel Modelo de Madrid y la matanza de Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz pudieran ser aplicables a quienes desde el bando ganador pudieran resultar imputados de algún delito: la Ley de Amnistía de 1977. Pero es que, además de todo eso, al señor Garzón ya le han hecho llegar dos investigadores sendos listados, documentados, de más de 1.000 asesinados republicanos a manos de republicanos. O, lo que es lo mismo, rojos asesinados por rojos. O militantes de la CNT, del PSOE, del POUM, del PCE, de Estat Catalá o de ERC asesinados por militantes de la CNT, del PSOE, del POUM, del PCE, de Estat Catalá o de ERC. Otros fueron asesinados por sus mandos del Ejército Republicano y simplemente eran soldados, muchos de ellos voluntarios, que servían bajo la bandera de la República.

Manuel Aguilera le entregó en mano al sr. Garzón, en el despacho que ocupa, a ratos, en la Audiencia Nacional, su investigación acerca de 982 antifascistas asesinados y enterrados en fosas perdidas por sus camaradas republicanos, socialistas, comunistas o anarquistas. Resulta escalofriante leer cómo los propios Mossos d'Esquadra de servicio en el mismo Palau de la Generalitat detenían a anarquistas y los asesinaban en las calles adyacentes a la misma Plaça Sant Jaume dejando abandonados muchas veces los cadáveres de los ejecutados allí dónde caían. Lo mismo la guardia personal del propio Lluis Companys o sus escoltas de Estat Catalá, el partido aquél casi racista y nazi que tuvo a la estelada como bandera propia.


"Noche del 3 al 4 de mayo de 1937. Barcelona dormía en relativa paz. Poco o nada hacía pensar que durante el día comunistas, nacionalistas y anarquistas habían estado combatiendo de nuevo en sus calles. A escasos 200 metros de la Generalitat, varios Mossos d'Esquadra encargados de defender la sede del Gobierno catalán charlaban con sus compañeros comunistas de la Plaza del Angel... En ese momento dieron el alto a dos jóvenes que, un tanto despistados, se dirigían al edificio de la CNT en la Vía Layetana. "Estos también son italianos, fascistas encubiertos, contrarrevolucionarios", sentenció uno de ellos. "¡Llevadlos a la Generalitat!.

Eran Lorenzo de Peretti y Adriano Ferrari, veinteañeros anarquistas que se habían escapado de su casa en Milán para combatir al ejército de Franco. Apenas sabían español y menos catalán. No entendían dónde les llevaban. A culatazo limpio los plantaron en la Plaza de Sant Jaume donde se encontraron con los ultranacionalistas de Estat Català, los que más odiaban a los anarquistas. Los que hacían de guardia personal del president Companys no lo dudaron. Llevaron a los detenidos a un lateral del edificio y los fusilaron."


El terror nacionalista, socialista, comunista o republicano no acabó con las barbaridades de las checas, las sacas, los paseillos...la eliminación física de quien simplemente no pensara cómo ellos, o rezara a un Dios que ellos tiroteaban o cuyas iglesias quemaban, robaban y saqueaban. Ese terror también abarcó a sus propios compañeros. La memoria histórica que Garzón pretende recuperar no puede dejar en las fosas a aquellos que, siendo antifascistas o fascistas, qué más dá, fueron asesinados por socialistas, comunistas, nacionalistas o republicanos. Si se abre la veda que sea para todos. Lo mejor...dejar a los muertos en paz, con Dios o sin él pero en paz.

1 comentario:

Javier Berzosa dijo...

Gracias por leerme. Saludos.