miércoles, 19 de mayo de 2010

18 DE MAYO DE 1291: EN ACRE SE SELLA CON SANGRE EL NON NOBIS DOMINE, NON NOBIS, SED NOMINE TUO DA GLORIA


El 18 de mayo de 1291 caía oficialmente la ciudad de Acre. El asedio se había iniciado el 6 de abril, fecha en tropas musulmanas del Sultán de El Cairo compuestas por más de 160.000 soldados de infantería, 60.000 de caballería, catapultas y armas de asedio atacaron a la ciudadde 35.000 habitantes y defendida por apenas 14.000 soldados y 800 caballeros, del Temple, hospitalarios y teutónicos. A ellos se sumó un contingente de 2.000 soldados comandados por el propio Rey Enrique II de Jerusalén. La especial configuración de la ciudad de San Juan de Acre, de espaldas al mar y protegida en tierra por una doble muralla, permitió el aprovisionamiento constante durante el asedio y el refuerzo con las tropas llegadas desde Chipre al mando del propio rey el 4 de mayo. Ese acceso marítimo permitió también algunos ataques desde el mar a las posiciones de los sitiadores con buques blindados o, finalmente, la evacuación de una parte importante de la población civil. Entre los capitanes templarios al mando de buques de evacuación se encontraba Roger de Flor, cuya flotilla facilitó la huída de la ciudad a cientos de refugiados, muchos de los cuales entregaron, como agradecimiento, fuertes sumas de dinero a Roger que éste hizo suyas provocando así su expulsión de la Orden.

Dentro de los muros, los Maestres del Temple Guillermo de Beaujeu y del Hospital Jean de Villiers, habían hecho venir a sus mariscales Pedro de Sevrey (que había reemplazado a Godofredo de Vendac como Mariscal de la Orden) y Mateo de Clermont y habían reunido todas sus tropas disponibles. También estaba presente el recién nombrado Maestre de la Orden de los Caballeros Teutónicos, Conrado Feuchtwangen, que había traído consigo muchos caballeros de Europa.



El 18 de mayo, los musulmanes lanzaron el asalto final. Tras muchos días de erosión de las murallas mediante catapultas y minas explosivas, un ataque de flechas y proyectiles estimulado por el atronador redoble de tambores y trompetas abrió paso a la irupción de los soldados mamelucos por las brechas abiertas en las murallas. A sangre y acero desfilaron por las calles de la ciudad miles de musulmanes sedientos de sangre cristiana. El propio Gran Maestre Guillermo de Beaujeu resultó herido de muerte ese día mientras rechazaba el ataque musulmán con apenas 20 caballeros, 10 templarios y otros 10 hospitalarios. En un momento del combat, el Gran Maestre del Temple tiró su espada al suelo, agachó la cabeza y busco un un sitio hacia el interior de la muralla. Su actitud fue inicialmente malinterpretada por sus propios caballeros. Guillermo dándose cuenta de la sorpresa de sus caballeros por una aparente retirada mostrándoles lo que quedaba de una flecha clavada en su axila unos segundos después. Es célebre lo dicho por el Gran Maestre: "Je ne m'enfuit pas; je suis mort. Voici le coup". Al rato, rodeado de sus camaradas, exhaló el último aliento.

Al llegar la noche del 18 de mayo, los musulmanes ya se habían apoderado de prácticamente toda la ciudad. El único foco de resistencia se encontraba al sur de la ciudad, en la que era la fortaleza de los templarios al sur de la ciudad. Allí se dieron cita, junto con los 200 templarios, caballeros teutónicos y hospitalarios. Todos ellos sabían que no había opciones de salir con vida de ese último lance. Tras varios días de bombardeo, el sultán, viendo la determinación de los defensores, les ofreció la posibilidad de embarcarse sin ser molestados y envió un destacamento para controlar los preparativos.
El 25 de mayo, Pierre de Severy, comandante de los templarios, se avino a la rendición con la única condición de obtener salvoconductos hacia Chipre para los caballeros y refugiados civiles. Emisarios musulmanes entraron y procedieron a izar la bandera del Islam, en cuyo acto, mujeres y niños insultaron con fiereza a los mamelucos, respondiendo estos de manera semejante, los templarios en un intento por calmar los ánimos los separaron arma en mano, pero los mamelucos desconfiaron y desenfundaron sus cimitarras igualmente, la riña comenzó y tras minutos de combate, la disputa se saldó con la muerte de los mamelucos egipcios y el posterior cierre de las puertas de la fortaleza, reiniciando de esta manera las hostilidades.

Esa misma noche, el comandante Thibaud Gaudin (quien se convertiría en el próximo Gran Maestre) consiguió poner velas hacia Sidón al aparo de la oscuridad llevándose, según se cuenta, el tesoro templario, algunas sagradas reliquias, una pequeña fuerza de caballeros y unos pocos civiles.

Al día siguiente, 26 de mayo, el Sultán volvió a ofrecer las mismas condiciones a los defensores, ante esta tentativa, Pierre de Severy, el Mariscal de la Orden, no tuvo más remedio que salir de la fortaleza, acompañado por un pequeño séquito de caballeros para negociar la rendición. Cuando fue recibido por los musulmanes, él y su escolta, bajo la atenta mirada de quienes se quedaron dentro del castillo, fueron arrestados y ejecutados inmediatamente. No hubo más ofertas por parte del Sultán para que se produjera una evacuación pacífica y los templarios que habían permanecido dentro de la fortaleza, exhaustos, heridos y sin suministros, decidieron seguir defendiendo la guarnición, pues no tenían otra opción. Todavía continuaron peleando durísimamente durante dos días y consiguieron rechazar varios ataques mamelucos.



Sin embargo, en la noche del 28 de mayo, los zapadores mamelucos que habían procedido a minar los muros de la fortaleza, abrieron, con ayuda de explosivos y combustible, una brecha, permitiendo la entrada de 2,000 mamelucos. Pero al pasar los enemigos por la brecha, el edificio se vino abajo matando a defensores y atacantes sin distinción. Los templarios que no fueron aplastados por las rocas que se desplomaron siguieron luchando toda la noche y parte de la madrugada del día 29, sin embargo, fueron derrotados por la superioridad numérica de los invasores.

Al mismo tiempo que se derrumbaba el castillo templario, el puerto era cubierto con escombros para evitar un desembarco que tuviera por objetivo recapturar la ciudad.

En cuestión de meses, las ciudades restantes en poder de los cruzados cayeron con facilidad, incluyendo Sidón (14 de julio), Jaffa (30 de julio), Beirut (31 de julio), Tortosa (3 de agosto) y Atlit (14 de agosto). Sólo la pequeña isla de Arwad, o Rwad, en las cercanías de Tortosa pudo ser mantenida hasta 1302.

En total, el asedio de Acre duró sólo seis semanas, comenzando el 6 de abril y terminando con la caída de la ciudad el 18 de mayo, aun así, los templarios aguantaron en sus cuarteles hasta el día 28 del mismo mes, haciendo más vivo que nunca su lema "non nobis Domine, non nobis, sed nomine tuo da Gloria", "Nada para nosotros Señor, nada para nosotros, sino para la gloria de tu nombre". El sacrificio de los templarios de San Juan de Acre revalidó su regla de lealtad y de entrega a Dios.

 




jueves, 13 de mayo de 2010

LAS CONTRADICCIONES DEL GOBIERNO SOCIALISTA

MOCIÓN DE CENSURA...CUESTIÓN DE PURA RESPONSABILIDAD DE ESTADO




La situación dantesca a la que Zapatero está llevando a la Nación no permite eludir responsabilidades. Resulta ya intolerable que el desgobierno socialista actúe sólo cuando el colono llama por teléfono y ordena tomar medidas. Zapatero y su PSOE han convertido a España en un protectorado del Imperio yanqui. De no ser por los innumerables viajes que entre todos le pagamos, Zapatero no se hubiera enterado de que una crisis global pero con connotaciones distintas a las del resto de paises y naciones nos asola. Mientras en otros paises el paro se mantiene estable o incluso se reduce, en España cada día cientos, miles de familias dejan de percibir rentas por trabajos que pierden. Pese a las cifras engañosas y maquilladas que nos venden desde el Gobierno de los innumerables Vicepresidentes o Ministros, lo cierto es que 5 millones de españoles han perdido sus empleos. Lo cierto es que tenemos unas estructuras de gobiernos, central y autonómicos dónde gobiernan socialistas, desmesuradas y desproporcionadas para poder pagar estómagos agradecidos y tener colocados a los acólitos del régimen zapateril.

España ya no se puede permitir el lujo de tener a un incapaz al frente de su gobierno. Y nadie puede ya ponerse de perfil o mirar para otro lado mientras España quiebra y se desmorona. Aquellos que no den un paso al frente se convierten en cómplices o encubridores del mismo autor del desplome y la ruina de España. Y la pena, la responsabilidad, es la misma para el autor que para los encubridores. No caben tibiezas ni mediocridades. Ha llegado la hora de sacar pecho, siendo consecuente con la presunta vocación de servicio que debiera mover a cualquier político. La clase política debe dar ejemplo de congruencia, de honestidad, de responsabilidad sobre todo. De ese modo, aplicando unos mínimos principios a la acción política, se recuperará la confianza de los ciudadanos. No hay mejor remedio frente a la palpable desafección ciudadana que la de ser responsables y tener sentido de Estado, de servicio a la comunidad. Para ello ya no cabe hacerse el sueco, o el catalán, o el vasco, o el canario. No se puede uno quejar de Zapatero y ser cómplice de sus fechorías. O se está o no se está. Convergencia i Unió deben apoyar una moción de censura conjunta con el Partido Popular y otras formaciones políticas como el PNV. Los tibios que sigan amparando el delito de arruinar a España y a los españoles. El delito de suprimir ayudas sociales. El delito de rebajar el sueldo de algunos. El delito de subir impuestos. Porque en una situación de emergencia, el hacer o no hacer según qué acciones podrá no estar tipificado como delito en el Código Penal pero social y moralmente es delito, en la acepción más académica del término.

No se trata de dar el gobierno al Partido Popular. Eso lo decidirán los ciudadanos que no estén afectados por la marihuana socialista que nubla mentes y turba voluntades. Sí se trata de acabar con el peor y más impresentable gobierno que ha tenido España en democracia. Que se forme un gobierno de concentración nacional si con eso se contentan los nacionalistas, pero que se eche a Zapatero y su PSOE del manejo de los presupuestos del Estado. Que sirva ello también para reequilibrar al propio PSOE regenerando a sus dirigentes. Que acabe el estalinismo socialista y se recupere la democracia interna en las filas de la izquierda nacional. Pero sobre todo...que todos aquellos que pretenden ganarse el respeto y la confianza de los ciudadanos ejerciten la responsabilidad de su acción política con visión de Estado, de conjunto. Que se olviden de sectarismos mezquinos. La situación exige esa responsabilidad y el Partido Popular está dispuestos a asumirla...¿Lo están los demás? El momento no puede serles a ellos más oportuno tampoco. A la vuelta de verano en Catalunya también tendremos la posibilidad de provocar un cambio que urge y se hace necesario para todos los catalanes. Y si el PP liderará el cambio en el Estado, en Catalunya podría hacerlo CiU. Es responsabiliad de unos el apoyar a los otros allí y de los otros el hacer lo propio con los unos aquí. O viceversa. Por responsabilidad, por coherencia, por principios y, sobre todo, por los ciudadanos a los que se sirve.

DISCURSO DE MARIANO RAJOY EN SU COMPARECENCIA EN EL CONGRESO SOBRE PLANES DE REDUCCIÓN DEL DÉFICIT





Madrid, 12 de mayo de 2010

Muchas gracias señor Presidente. Señorías:

Verdad es que se aprende mucho viajando.

Viajando descubrió el señor Rodríguez Zapatero una crisis que no lograba percibir desde España; y viajando ha descubierto que es muy importante recortar ese déficit que hace siete días no quería recortar.

Tardó bastante más de un año en descubrir la crisis y ha tardado dos en descubrir que gobernar es algo más que gastar dinero y dejar que engorde el déficit.

Hoy viene aquí a defender la necesidad de reducir el gasto público, mejor dicho, su gasto público. Debo reconocer, para ser justo, que el mérito de este descubrimiento no es suyo. Lo ha aprendido a regañadientes. Se lo han impuesto como a un escolar indolente y le han fijado plazos y revisiones, como a un moroso especialista en dar largas.

El Señor Rodríguez Zapatero ha visto la luz. Se la han hecho ver. Le han impuesto una tarea, le han marcado unas cifras y le han fijado unos plazos.

Este cambio ha sido, tal vez, lo más sustancial de las reuniones de Bruselas:

Como es sabido, las medidas adoptadas durante las reuniones de este fin de semana fueron fundamentalmente tres:

La primera, autorizar al Banco Central Europeo a comprar bonos, si fuera necesario, en el mercado secundario, para evitar una situación imposible de la deuda pública de algunos países, por ejemplo de España. No lo digo yo: lo han dicho allí.

La segunda, autorizar la creación de un fondo de 750.000 millones de euros –estamos hablando de una cifra verdaderamente astronómica- para ayudar a países que en el futuro puedan estar en una situación de dificultad, por ejemplo, España.

Ambos acuerdos son preventivos, es decir, anuncian que, llegado el caso, las deudas se pagan y los acreedores cobran.

No entraré ahora en los pros y contras de esta decisión, que los hay. Lo que importa, en estos momentos, es que ha tranquilizado a los mercados. Por otra parte, si cada uno cumple con sus deberes, puede que no sea necesario hacer uso de este fondo.

Estas medidas que, repito, son para evitar que algunos países puedan generar problemas insuperables para la Unión Monetaria, se completan con una tercera, que es la que a nosotros más nos afecta.

Lo que nos han dicho -con nombres y apellidos- es que no nos van a dejar caer, pero a condición de que recortemos el gasto público en la cuantía y los términos que se nos indique. En otras palabras, que se nos imponen los deberes y que estaremos sometidos a una estricta vigilancia para garantizar su cumplimiento.

Nuestro gobierno se ha comprometido a recortar el gasto y ha aceptado que la Comisión Europea vigile sus pasos. Hay ya dos fechas establecidas para ese control. El 18 de mayo y el 12 de junio.

En una palabra, señorías, lo que han venido a decir nuestros principales socios comunitarios es que al señor Rodríguez Zapatero no se le puede dejar sólo. Que mal está lo que ha hecho con la economía española, pero que lo que no van a aceptar es que exporte su incompetencia.

España es muy importante para Europa y para el euro. A España no se le va a dejar caer, pero al señor Rodríguez Zapatero hay que marcarle la ruta y vigilarlo.

Este es el resumen del pasado fin de semana y estos son los términos en que se va a desenvolver la economía española en adelante.

Tengo que lamentar que estén ocurriendo cosas que no debieran haber ocurrido. Tengo que lamentar este deterioro de la imagen de España. Tengo que lamentar que, para hacer lo que ya debiera estar hecho, tengan que venir de fuera a decirle a usted lo que hay que hacer y a vigilarnos las cuentas.

Es lamentable, señor Rodríguez Zapatero, que rechace usted unas medidas el miércoles porque se las ofrezco yo y las acepte el viernes porque se las imponen desde fuera.

Durante mi visita a la Moncloa le ofrecí, una vez más, la posibilidad de mostrar que los españoles éramos capaces de hacernos cargos de nuestra situación, y la rechazó. Ahora son otros quienes se harán cargo, y será usted quien tenga que actuar al dictado. Lo que no quiso que se hiciera en España va a tener que hacerlo, pero a la fuerza y bajo unas directrices que no son españolas.

Aquí no caben excusas de ninguna clase, señoría. Se lo hemos advertido, hasta la saciedad, desde el debate de investidura en abril del año 2008. No ha hecho caso.

El nueve de septiembre de 2009 le ofrecí un pacto, en esta Cámara, para reducir el déficit del conjunto de las Administraciones Públicas. No hizo caso.

En octubre pasado, en el debate de los Presupuestos Generales del Estado, propusimos una enmienda para reducir el déficit público en 10.000 millones, la misma cifra, exactamente la misma, que ahora le impone la UE. No hizo caso.

Este año hemos presentado una moción para reducir el déficit público en la misma cantidad que ahora le impone la UE. En la misma cantidad, exactamente la misma. No hizo caso.

En fin, la semana pasada, en la Moncloa, le advertí que íbamos por mal camino, que íbamos a generar problemas graves en España y en Europa, que el tiempo se agotaba, que le iban a imponer los deberes desde fuera... Me ofrecí para prestarle ayuda y buscar una solución española. No hizo caso.

Se acabó, señor Rodríguez Zapatero. Ahora tiene lo que ha buscado con tanto ahínco: trabajar al dictado de otros. Lo malo, es que ese lastre no lo tiene usted sólo. Lo tenemos todos.

Se acabó el descontrol de nuestras cuentas públicas, del gasto sin freno y de la deuda inflable. No queda otra que rectificar los errores del pasado y aplicar el rigor contable que nuestros socios exigen.

No quiero ni pensar, para no abrumarle, en lo que nos podríamos haber ahorrado en deuda, en déficit, en desprestigio y en desempleo si usted hubiera aceptado estos consejos el primer día que se le ofrecieron.

Ahora tendrá que hacer lo que no ha querido hacer en ningún momento: gobernar. Más duro: gobernar tutelado. Gobernar bajo vigilancia. Desarrollar una política económica de un país “bajo protectorado”.

Ni siquiera podrá volver a disfrazar la realidad, porque el análisis que valga no será el que a usted le convenga, sino el que haga quien le impone los deberes. Ahora los brotes verdes, la salida del túnel y los amaneceres que cuenten serán los que anuncien, si llega el caso, en Bruselas. De momento, no anuncian nada.

Porque sería el colmo que pretendiera usted refugiarse de nuevo en el disimulo, en el malabarismo de las cifras, en rebajar la importancia de los problemas… Esa es la senda que hemos recorrido hasta hoy, señoría. Esa es la senda griega. Esa senda se ha cerrado.

La semana pasada podía usted aferrarse a esa décima de crecimiento trimestral que le ofreció el Banco de España y que usted exhibía como un maná celestial. Ya, no.

No digo que el dato sea falso: tampoco lo considero irrelevante. Siempre será mejor crecer, aunque sólo sea una décima, que seguir cayendo.

No es irrelevante, pero -desde luego- tampoco es ni de lejos la solución para nada. Dice usted que nos atengamos a los datos y no a las especulaciones. Pues bien, el mismo trimestre en el que el Banco de España estima un aumento de una décima respecto al trimestre anterior, el INE, a través de la EPA, nos dice que se han destruido más de un cuarto de millón de puestos de trabajo y casi trescientas mil personas se han incorporado al desempleo , hasta llegar a la brutal cifra de 4.612.700 parados o, lo que es lo mismo, más del 20% de la población activa sin empleo. Datos, señor Rodríguez Zapatero, datos, no especulaciones, datos.

Décima arriba o décima abajo, el fondo, es el mismo. En términos reales no significa casi nada. Puede usted balancearse del menos 0,1 al más 0,1 sin necesidad de moverse, incluso estando encallado.

Porque es verdad que estamos entrando en una segunda fase de la crisis económica. Pero seguimos en crisis. No confunda salir de la recesión con superar la crisis.

Es cierto que ya hemos dejado atrás las grandes caídas, pero ahora nos vamos a mover poco. No caeremos exageradamente, pero tampoco creceremos de manera significativa, porque estamos entrando en la fase de estancamiento. Como ha dicho, no hace mucho, un antiguo ministro de su Gabinete, “lo peor ya ha pasado. Ahora viene lo malo”.



Por lo tanto, no niegue ahora la fase de estancamiento como negó la crisis antes.

No genere espejismos, porque a estas alturas todos se vuelven contra usted.

¿Insiste usted en llamar a esto recuperación? Entonces explique a los españoles para qué van a ser las medidas que ha anunciado usted hoy aquí.

Debería usted procurar, cuando habla, no sembrar más desconfianza.

No es difícil. Consiste en llamar a las cosas por su nombre. Consiste en admitir la realidad tal como es. Consiste en convertir en hechos las palabras y no dejar para septiembre el examen de junio.

No hace falta darle muchas vueltas. En 1996, gobernando el Partido Popular, una política de ajuste de las cuentas públicas generó confianza y dio lugar a la etapa de crecimiento, creación de empleo y mejora del mayor bienestar de nuestra historia reciente.

Ya entonces, desde esos mismos escaños, se nos decía que el ajuste perjudicaría el crecimiento; se nos decía que no iba a servir para nada.

Claro que también, se nos decía que era imposible realizar bajadas selectivas de impuestos y, para colmo, que el paro y la inflación eran problemas estructurales de imposible solución en España. Con ustedes sí que lo eran, con nosotros bien se vio que no.

Ajustar nuestras cuentas es bueno para la credibilidad de nuestra economía, para la financiación de nuestras empresas, para la inversión, para la estabilidad, para el crecimiento y, sobre todo, para la creación de empleo.

Usted ha afirmado constantemente lo contrario, y constantemente se ha equivocado.

Es bueno controlar el gasto, pero hay que hacerlo bien. Sin improvisaciones. Ahora, por ejemplo, como no quiso hacer las cosas a su debido tiempo, tiene que improvisar una reducción de gasto de 15.000 millones en tres días. No es una tarea para tres días. Es una labor que hubiera exigido reflexión y más sosiego. Pero como usted ha malgastado el tiempo, se ve obligado a improvisar. Y digo improvisación porque hace exactamente siete días usted dijo, en la entrevista que tuvo conmigo y en la rueda de prensa posterior, que cualquier reducción adicional de gasto público podría en riesgo la incipiente recuperación. Luego estas cifras que hoy nos trae han sido, evidentemente, improvisadas en tres días, señor presidente del Gobierno, y no ha sido cualquier cosa la improvisación, no ha sido cualquier cosa.

Ha hecho usted un gran recorte de derechos sociales señor presidente del Gobierno, usted, usted contradiciendo todo lo que lleva diciendo a lo largo de los últimos años, usted señor presidente del Gobierno.

Hoy con esa propuesta que hace aquí, se demuestra la impostura con la que ustedes actúan cuando acusan al Partido Popular de hacer recortes de derechos sociales. Jamás el Partido Popular ha planteado lo que usted está planteando aquí.

Señor presidente del Gobierno, escúcheme con atención. Sus errores, sus dilaciones, sus improvisaciones, en definitiva, su incapacidad la vamos a pagar todos los españoles pero especialmente, como hemos oído aquí, los pensionistas, los empleados públicos, las futuras madres. Señor presidente, le insisto, todo esto no habría ocurrido si usted hubiera hecho caso a tiempo, por lo tanto, es su responsabilidad, señor Rodríguez Zapatero, su única y exclusiva responsabilidad, la suya.

Y en cuanto a la mía, señor presidente del Gobierno, yo no voy a rehuirla. Tengo la responsabilidad de representar a más de diez millones de españoles que nos votaron hace dos años y en su interés y en el del conjunto de la sociedad estoy dispuesto a hablar con usted de sus propuestas como he estado dispuesto a hablar siempre de reducir el déficit público pero ya le digo una cosa, debería usted hacer antes otras cosas y se las voy a decir:

Primero, supresión inmediata de la vicepresidencia tercera del Gobierno y de los ministerios de la Igualdad y de Vivienda; segunda, integración de los ministerios de Educación y Cultura; tercero, integración de los ministerios de Trabajo y Sanidad; cuarto, revisión de todas la partidas de subvenciones; quinto, eliminación de todas aquellas que no estén debidamente justificadas; sexto, reducción de las demás, por ejemplo, las que corresponden a organizaciones empresariales, sindicales y políticas; séptimo, plan completo de reestructuración del gasto público que evite duplicidades entre las administraciones; octavo, revisión de las políticas y de los programas de la Administración General del Estado, a lo que usted se comprometió a hacerlo antes del 1 de mayo y no ha hecho, y luego todas las reformas estructurales, señor presidente del Gobierno.



Y con estas medidas que yo planteo se evitaría que el coste de sus errores recayera sobre todo sobre los pensionistas, sobre las futuras madres y sobre los empleados públicos, también recaerían sobre usted.

Señor Rodríguez Zapatero le puedo poner mil ejemplos pero no es razonable que se recorten los derechos de los pensionistas cuando proliferan oficinas de representación de todo tipo de administraciones públicas en el exterior, no es razonable y como este, le puedo poner mil ejemplos más. Así que, señor presidente, si está usted dispuesto a hablar de todo esto, yo estoy a su disposición y además estoy a su disposición esta misma tarde y, por tanto, quedo a la espera de su respuesta.



Muchas gracias.