Cuando yo era pequeño en la única televisión que disfrutábamos los españoles emitían una serie llamada "Los Monster". Por supuesto, no eran capítulos recientes de una temporada anual y actual. Se emitían y repetían hasta la saciedad y tenían ya bastantes añitos. Con el tiempo la citada familia mutó el nombre en Addams y se actualizó, adquiriendo una estética, algunos de sus miembros, mucho más gótica, como Fetidor o Morticia. La verdad es que de la primera familia, la Monster, se percibían algunos claros mensajes. De aquella pareja, Lily y Hermann, aprendimos a no juzgar a las personas sólo por su apariencia. De la segunda familia, la Addams, apenas nos quedaron unas risas y un humor sencillo y macabro. Gomes y Morticia no pretendían transmitir moraleja alguna. Pero ayer apareció en escena una tercera familia, la Zapatero. De Sónsoles y José Luis, que así se llaman éstos, no hay nada que aprender. Tampoco de su prole. Sólo la estupefacción de ver que el protocolo que gastan es un compendio de lo mejor de las dos primeras familias. A mí esta familia no me representa allá donde vaya. Y con esta familia...vean y juzguen ustedes por sus pintas.
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