Nadie duda de que la crisis afecta no sólo a los ciudadanos sino también a las Administraciones Públicas. Los Ayuntamientos también son víctimas de ella. Basta ver el estado de nuestras calles para darnos cuenta de ello: los baches no se arreglan o, en el mejor de los casos, se hace una chapuza poniendo un pegote de alquitrán. Los panots de las aceras se rompen o se hunden y tampoco son repuestos. Las vallas tienen el mismo tratamiento y cuando son víctimas de algún golpe lo exhiben perpetuamente. El Ayuntamiento no ofrece los servicios que debiera pero, sin embargo, ofrece otros que no tocan. Es una forma de mala gestión de los recursos municipales. Por ejemplo, a primeros del mes de julio muchos vecinos fueron víctimas de esa negligente gestión en el área de Governació. Todos aquellos que se personaron en las dependencias de la Policía Local para formular una denuncia, ya fuera por robo, asalto de vivienda, pérdida de documentación, etc, se encontraron con la desagradable sorpresa de que no podían hacerlo. La impresora no tenía tinta porque se les había acabado el cartucho de toner y no sabían cuando les sería entregado un nuevo cartucho. Los ciudadanos eran amablemente enviados a formular sus denuncias a la Comisaría de los Mossos d’Esquadra de Premiá de Mar. Parece mentira que esto pueda sucedernos en Alella pero es cierto. Un vecino afectado por esta lamentable gestión del regidor socialista se personó incluso en las dependencias municipales para hacer un “donativo” de 100 euros para que pudiera adquirirse el cartucho de toner y ningún otro vecino resultara perjudicado. Evidentemente el dinero no le fue aceptado. No hay 100 euros para poder atender a quienes se dirigen a la comisaría de policía local, pero si lo hay más de 3.000 para ver un partido de fútbol en la plaza. Claro, el partido del Barça es rentable electoralmente, las necesidades no atendidas de algunos vecinos no importa en cuanto a votos. Lamentable actuación y deleznable forma de gestionar nuestro dinero. En el Pleno del mes de julio hemos presentado dos mociones. La primera insta a suprimir el peaje que el Gobierno de la Generalitat ya ha acordado para el nuevo vial, B500, que será el eje de conexión entre el Maresme y el Vallés Oriental. No basta con ir algún domingo al peaje, hace falta voluntad política. No se puede pedir una cosa en Alella y aprobar otra en el Govern de la Generalitat. La segunda moción insiste en la mejora de la financiación local ahora que ya se ha aprobado un nuevo modelo de financiación autonómica.
(Artículo Revista El Full, agosto 2009)
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