CALLE GENOVA DE MADRID Y CAN CASALS DE ALELLA, DIARIO DE UNA JORNADA

El jueves, estando en el despacho del ayuntamiento que nos vemos obligados a compartir los regidores de 3 grupos municipales distintos, sobre las 13 horas y mientras acababa de preparar mi argumentación para votar en contra de los presupuestos municipales que presentaba el equipo de ERC-LG-PSC, recibí la llamada una mujer para comunicarme que la policía había detenido a su marido por una Orden Europea de Detención. Mientras la escuchaba me llamaban del Colegio de Abogados para comunicarme que había sido designado por un detenido como su abogado de confianza. Al rato, hablaba también con el propio Grupo V de Crimen Organizado del Cuerpo Nacional de Policía para concertar una hora en la que poder asistir a mi cliente en su declaración. A las 15 horas estaba en Jefatura Superior de Policía y al rato ya podía hablar con mi cliente. Esa noche tuvimos el Pleno Municipal de Presupuestos. No voy a explicar los motivos de la detención del cliente ni de la petición de extradición a Italia que comportaba, pero sí que al día siguiente, viernes, a las 10.30 horas estabamos citados ante el juez titular del Juzgado Central núm. 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno Chamarro. Madrugón, avión tempranero, llegada a un Madrid con la temperatura por debajo de 0 grados y con la sierra nevada, Bandera Nacional de Colón y calle Génova. A las 9 de la mañana ya estaba en la puerta de la Audiencia Nacional. Como era algo pronto decido desayunar tranquilamente al lado de la sede del Partido Popular, en la misma calle Génova. Una sede que luce majestuosa la nueva imagen corporativa del partido.

Antes de la hora señalada subí a la Sección Tercera para ver si tenían preparado un documento de otro asunto. A la hora señalada estaba en la tercera planta del edificio en la sede del Juzgado Central núm. 2, que era el que estaba de guardia. El juez Ismael Moreno Chamarro ha sido un juez polémico para los medios desde el inicio de su carrera judicial. Fue policía antes que juez. Ha sido el juez que instruyó el caso Sogecable y por el que fue apartado de la AN su compañero el juez Gómez de Liaño de la carrera judicial. Pero admito que como juez tiene una reputación, aunque dura, buena, mucho mejor que la que tienen otros compañeros de sede judicial. Esa mañana, además de la extradición de mi cliente, habían dos italianos más con la misma situación que acabarón en prisión a la espera de su extradición, y tres etarras que exigieron su intérprete de vasco para declarar. eran los chivatos del llamado Comando Urrutia, los que han hecho posible el reciente asesinato de Uría. En el pasillo, ellos esposados y mi mirada de desprecio clavada en sus ojos. Una vez en su despacho, mi cliente mostró su disconformidad a ser extraditado a Italia para cumplir una condena pendiente. Yo mostré no sólo mi indignación con la tramitación de esta Orden de Detención Europea sino la improcedencia de la extradición solicitada, la prescripción de la perseguibilidad de esos mismos hechos en nuestra legislación...en fin, conseguí hacer ver que no era necesaria la situación personal de prisión mientras se resuelva ese procedimiento de extradición. La fiscal compartió mi criterio y finalmente volé de vuelta junto con mi cliente.

El avión debía salir a las 16.35 horas de la T4 en Barajas pero se retrasó casi una hora. Tenía cierta prisa por asistir al primer Comité Ejecutivo Provincial de la nueva presidencia de Toni Bosch que estaba convocado a las 18.30. Como no podía ser de otro modo, el vuelo retrasado llevó al consabido atasco de acceso a Barcelona. Sobre las 19.30 llegué al parquing próximo a la sede del PPC. Coincidí aparacando con Papi Ayllón, Diputado en el Congreso en Madrid que también había vuelto con retraso de la capital de España. Entramos juntos a la reunión. Saliendo, hice un café con Victor Ros, actual Presidente Comarcal del Maresme y Secretario de Electoral. Hablamos de la comarca. A las 21 horas tenía cena del Ayuntamiento en Can Casals, Alella, con trabajadores de la casa municipal y demás regidores. Pese a que estuve a punto de excusarme por encontrarme muy resfriado y con una incipiente otitis, fuí y estuve hasta pasadas las 2 de la mañana. Incluso se me dedicó una canción cuyo título no voy a decir por si acabara siendo del interés de algún acólito de la SGAE.