Esta chica, de familia aragonesa y almeriense, funciona, básicamente, por amor. Carmen Chacón, cuando estudiaba BUP, COU y sus primeros cursos de Derecho en la Universidad de Barcelona, aún viajaba con sus padres y su hermana Mireia al pueblo del que es oriundo su padre en la provincia de Almería. Allí la recuerdan por su desmedido catalanismo. "Los catalanes no somos españoles" decía a sus amigos de Huercal-Overa mientras les insistía en que ella no se llamaba Carmen sino Carme. Pero a uno de aquellos amigos, del que se enamoró como cualquier adolescente, le permitía que la llamara Carmen, por amor. Después, supongo que por amor también, se dejó llevar por las siglas de las asociaciones de estudiantes progresistas, más o menos marxistas, CEP o EP. Era la época del antimilitarismo, del pacifismo sovietizante, del aborto libre (del que las malas lenguas dicen que pudo hacer uso), de la solidaridad con los compañeros vascos en su lucha contra el opresor español. Pero un amor más grande la llevó, apenas finalizada la carrera, a una tenencia de alcaldía del pueblo en el que entonces vivía con sus padres y hermana, Esplugas de Llobregat. Recién afiliada al PSC ya le dan cargo retribuído. Tanto amor no podía caer en saco roto. En esa época conoce a sus principales valedores, Montilla y Manuela de Madre, ambos alcaldes socialistas, uno en Cornellá y la otra en Santa Coloma de Gramanet. Pronto se capitaliza y empieza a comprar distintas viviendas, seguramente para poder atender años después el primero de sus Ministerios, el de la Vivienda. Pisito en Esplugas de 60 metros cuadrados en la calle Josep María Gallisà, apartamento en la Cerdanya para poder disfrutar de la nieve en invierno, casita unifamiliar de alto standing en Esplugas junto al Colegio Alemán al que Montilla lleva a los hijos habidos con su segunda mujer. Todo un ejemplo de austeridad ministerial. De hecho, Carmen Chacón ha vivido en más de 10 viviendas desde que empezó su vida política.
También el amor la llevó a Madrid. Y por amor gozó de los favores de Rubalcaba y del entonces Secretario de Comunicación de Moncloa, Miguel Barroso. Ambos, Rubalcaba y Barroso, eran buenos amigos y compinches políticos. Y ambos disfrutaron de la compañia de esta simpática, aunque no muy guapa, chica catalana. Pero Rubalcaba no estaba dispuesto a compartir esta amistad y Barroso acabó fuera de Moncloa. Cierto es que Barroso por esa época estaba felizamente casado y era padre de dos hijas ya de cierta edad. Pero ZP parece ser que agradeció los servicios prestados y colocó a Barroso, amante primero y esposo después de Chacón, como Director General de la Casa de América. Claro que el chico ya había hecho su patrimonio antes de pasar incluso por Moncloa. De periodista mediano, en el Viejo Topo, El Pais, a Director General de la multinacional socialista franciesa FNAC. Barrroso era, aunque mucho mayor que ella, mejor braguetazo que otros. Ahora la misnistra, embarazada de su ya divorciado amante y actual esposo, comparte con Barroso, de 54 años, una mansión de lujo en La Moraleja.
Cierto es que la chica ha mejorado su aspecto, pese a su embarazo. El maxilar superior de dentarios espantados parece haber retrocedido en favor de un equilibrio mandibular mejor resuelto. Las enormes gafas que acompañaban a Carme la mayor parte de las horas de día parecen haber desaparecido tras una cirugía de lujo. Es lo que tiene ser socialista y tener poder. Es el despotismo "ilustrado" de esta clase dirigente socialista.
Ahora, ya Ministra de Defensa, por amor reniega de sus anteriores posicionamientos, si los tuvo alguna vez de forma convencida, y es incluso, también por amor, capaz de gritar "Viva España" en esos viajes casi compulsivos que le ha dado por hacer a nuestras tropas desplegadas por medio mundo. Incluso, también por amor al cargo y al sobre de cada mes, es capaz de proclamar su "profundo amor a nuestra España unida y diversa". Es sorprendente lo que es capaz de hacer el amor. Pero como está embarazada, suponemos que también por amor, del que era esposo de otra y ahora lo es de ella, en estos viajes que realiza a nuestras tropas se ha ce acompañar de un equipo médico especial compuesto de un ginecólogo, de un pediatra, de un anestesista y de personal sanitario. Algo que desmadra económicamente cada uno de sus viajes y que, por el amor con el que nos dispensa esta criaturita llegada a ministra, nos vemos agraciados todos con la suerte de pagar esos gastos entre todos los españoles. Por no hablar de la seguridad de esos viajes. Cualquiera podría haber previsto todos y cada uno de los movimientos de la Ministra Chacón. Su hoja de ruta era totalmente previsible en cuanto a los acuartelamientos visitados, en cuanto a los actos celebrados en cada acuertelamiento (revista de tropas, ofrenda a los caidos por Dios y por España, charlas informales con la tropa, comida con los mandos...). Si los talibanes, Al Quaeda o los radicales islamicos operativos en Libano no han atentado contra ella y su séquito es porque Alá no ha debido considerarla importante en sus planes.
Mejor sería que en lugar de tentar a la suerte para que su nasciturus vea la luz en Afganistan, Líbano o Bosnia, o no la vea por los riesgos de los viajes, esta Ministra de los Ejércitos se dignara jurar la misma bandera que besan aquellos a los que visita cuando juran dar su vida por España.
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