En apenas unos días hemos conocido un par de casos en los que los medios de comunicación han publicado informaciones basadas en unos SMS captados fotograficamente en el Parlament de Catalunya. Ambas imágenes pertenecen a las Blackberry de dos políticos catalanes durante el debate parlamentario de Política General. El primero es el Diputado y Presidente del grupo de ICV Jaume Bosch. El segundo es el también Diputado y Presidente del grupo del PPC Daniel Sirera.
En el primero, Bosch contestaba a un SMS previo recibido de Joan Saura. Según la imagen que publicó "Público", Saura envió un SMS a Bosch afirmando "Kin "tostón" oi?". Bosch respondió a Saura: "Ha empezado bien el primer minuto y después un rollo. Y poco sensible con la gente con dificultades". En el atril hablaba desde hacía ya un buen rato el Presidente de la Generalitat, y socio de Saura, José Montilla. Estaba claro que Montilla estaba siendo puesto a parir por Saura y Bosch.
En el segundo, captado minutos después de la intervención del propio Presidente del grupo del PPC y mientras intervenía Albert Rivera, Daniel Sirera contestaba a un SMS previo recibido de Carina Mejías. Según la imagen publicada por el diario "Avui", Sirera contestaba a Carina: “Qué quieres que te explique? Por qué no me presenté? Porque al girar la vista atrás estarías tú, el tutu, el berman, la Nadal y cuatro más. Este partido es una mierda”. Aunque parezca mentira, hace poco más de un año el autor del SMS era el Presidente del Partido Popular de Catalunya. Y aunque siga pareciendo mentira, Sirera sigue manteniendo la Presidencia del Grupo Parlamentario del PPC en el Parlament de Catalunya.
Saura replicó a la publicación del SMS diciendo que se había tratado de una broma. En cambio Sirera no sólo no negó el contenido sino que se defendió amenazando al medio de comunicación con una querella. Lo cierto es que tambien en su Facebook ayer por la tarde, tras hablar con el Secretario General, colgó lo siguiente: "El PP es un gran partido, el mejor de España. Lo creo sinceramente. Si no fuera así no haría 22 años que milito en él, que lucho para que nuestras ideas triunfen en Cataluña. Quiero pedir disculpas si he podido ofender a algún militante, simpatizante o votante. Y quiero dar las gracias a la gente que, de verdad, quiere al PP, a los que en lugar de echar leña al fuego, me han transmitido su aliento y consideración."
Probablemente, el derecho de la información colisione con el derecho a la intimidad pero...¿dónde están los límites de esa intimidad? ¿un diputado electo que se desplaza en coche oficial, que se comunica con Blackberry oficial, que percibe un buen sueldo oficial que no se ve afectado por la crisis, que se manifiesta con todos esos medios oficiales en el escaño institucional durante su jornada laboral hablando de cosas que no son íntimas sino también públicas y lo hace delante de las narices y cámaras de todos los informadores puede calificarse como privado?
Sinceramente, creo que tanto en un caso como en otro no pueden ampararse en el derecho a la intimidad. La pretendida intromisión decae desde el mismo momento que las manifestaciones que vierten lo son a través de un mecanismo oficial que pagamos todos (la Blackberry), en horario de trabajo (en plena sesión parlamentaria) y para hacer manifestaciones que son públicas porque en un caso vienen referidas a la valoración del discurso político e institucional del Presidente Montilla y en el otro a valorar los apoyos políticos de un candidato a seguir presidiendo el PPC y que reconoce ser breves para acabar adjetivando al partido que ya no preside pero si representa en el Parlament como una "mierda". Saura no ha cuestinado la licitud de la captación y se ha limitado a valorar su SMS como broma. Sirera sí cuestiona la licitud y no ha negado la autoría del SMS. ¿Cual de los dos supuestos resulta más grave políticamente? Ambos tienen su trascendencia. El primero en el ámbito del propio Govern de la Generalitat. El segundo a nivel interno del Partido Popular de Catalunya. Ambos son igual de graves respecto de los ciudadanos. No puede aplaudirse ninguno de los dos. Con estas prácticas no debe extrañarnos el desencanto y la decepción de los ciudadanos respecto de la política y de los políticos. Estos comportamientos lo que sí alientan es la abstención. Estas actitudes obligan a replantearnos seria y urgentemente la regeneración moral de la política. Las dos. No hay una peor que la otra.
Y también las prácticas de la prensa deben hacernos reconsiderar los lindes de algunos derechos. Es necesario saber dónde empiezan unos y terminan otros. El próximo martes se emitirá un dictámen jurídico acerca de esos límites. Marcadas las líneas no habrá excusas para quienes las rebasen, ya sean portadores de cámaras fotográficas y pases de prensa o gratuitos beneficiarios de coches oficiales y BlackBerrys pagadas por todos.
Sirera ha pedido disculpas a todos los afiliados, simpatizantes y votantes a los que faltó al respeto con su comentario. Y lo ha hecho a su manera, agradeciendo a aquellos que le han alentado y apoyado, pese a su calificación del partido al que ha representado desde hace 22 años cobrando por ello. Al partido que incluso ha presidido, al partido cuyo grupo parlamentario todavía hoy sigue presidiendo. Ayer la portavoz del Grupo Parlamentario, Dolors Montserrat, dijo que de haber sido ella la que hubiera hecho lo que Sirera hizo ya habría dimitido. Es obvio. Es de sentido común. Aunque el perdón solicitado ya lo tiene. Por lo menos el mío. La coherencia obliga también a asumir responsabilidades. Es mi opinión personal, privada, aunque haga pública con estas líneas.
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