Tú nos dijiste que la muerte
no es el final del camino,
que aunque morimos no somos,
carne de un ciego destino.
Tú nos hiciste,
tuyos somos,
nuestro destino es vivir,
siendo felices contigo,
sin padecer ni morir.
Cuando la pena nos alcanza
por el compañero perdido,
cuando el adiós dolorido
busca en la fe su esperanza.
En tu palabra confiamos
con la certeza de que Tú
ya lo has devuelto a la vida,
ya lo has llevado a la luz.
Ya lo has devuelto a la vida,
ya lo has llevado a la luz.
Cuando, Señor, resucitaste,
todos vencimos contigo
nos regalaste la vida,
como en Betania al amigo.
Si caminamos a tu lado,
no va a faltarnos tu amor,
porque muriendo vivimos
vida más clara y mejor.
Luis, tu recuerdo siempre estará PRESENTE entre nosotros.
1 comentario:
Tienes razón, la muerte no es el final sino el principio.
Luis, descansa en Paz.
Publicar un comentario